Si todo sale bien, el próximo año siete huemules cuidadosamente seleccionados partirán desde la reserva Nacional Cochrane, en Aisén, hasta los nevados de Chillán, en la Región del Biobío.
Serán verdaderos colonos de una zona donde antes fueron abundantes, pero en la que hoy apenas subsisten precariamente 35 ejemplares. "Es un punto de partida para el reencuentro de una población desvinculada", dice José Luis Galaz, gerente de áreas protegidas de Conaf.
Es el proyecto clave de la segunda edición del Plan Nacional de Conservación del Huemul, que se dará a conocer el próximo mes.
La elección de los nevados de Chillán como escenario para repoblamiento no es al azar. "Esta es la población más amenazada a nivel mundial", afirma Rodrigo López, coordinador del proyecto huemul del Comité pro Defensa de la Flora y Fauna, Codeff. Cuenta que desde 1974 su número bajó de 140 a 35 animales.
Los ejemplares se concentran principalmente en la reserva Huemules de Niblinto, santuario particular creado por Codeff, y la Reserva Nacional Ñuble de Conaf, destino final de los futuros ciervos inmigrantes.
"El número de huemules allí es especialmente bajo y en su mayoría son machos. Si no se hace algo pronto es probable que se extingan de aquí a 2012 o, con suerte, a 2014", advierte.
Pero la urgencia no evita algunas aprensiones sobre la compatibilidad genética de las poblaciones de Ñuble y Aisén. "Mientras no salga un estudio concluyente que diga que estos animales tienen similitudes muy altas no se deberían liberar ejemplares", advierte el biólogo Agustín Iriarte, de la Fundación Biodiversitas. Recién este año, cuenta, el genetista molecular de la Universidad del Biobío Juan Carlos Marín consiguió un Fondecyt para financiar un estudio de ese tipo que le llevará al menos un año.
Galaz discrepa de esa visión. Dice que existe una sola especie de huemul y que las diferencias genéticas entre ambas poblaciones no son sustanciales.
Crías en Huilo HuiloLa apuesta en Ñuble no es el primer proyecto de reinserción. La Reserva Biológica Huilo Huilo, de la fundación del mismo nombre en la Región de los Ríos, tiene en marcha hace cinco años un exitoso proyecto de reproducción en un ambiente controlado de 70 hectáreas. Partieron con una pareja, pero ya han conseguido cinco crías. "En tres años más podríamos hacer la primera liberación", explica Fernando Vidal, jefe del proyecto huemules del departamento de vida silvestre de la fundación.
A diferencia de la Reserva Ñuble, en el entorno de Huilo Huilo no existen huemules desde hace décadas. En realidad, no se les ha visto desde el estuario de Reloncaví al norte, por lo que cualquier acción allí sería una reintroducción directa de la especie.
Mejor es su situación en la zona de los canales hasta el estrecho de Magallanes. "Muchas quebradas y valles muestran que la población empieza a recuperarse", destaca Galaz. En la reserva Cochrane, por ejemplo, en los últimos 20 años han pasado de 30 a 80 animales. "Hace no pocos años los especialistas hablaban de que en Chile sobrevivían no más de 500 ejemplares, pero hoy esa cifra llega a 2 mil", asegura Galaz.
Una de las más recientes iniciativas de protección se desarrolla en la ex estancia Chacabuco, parque privado de la ONG Conservación Patagónica, donde distintos investigadores trabajan en recuperar el hábitat del huemul. "Hay una creciente mortalidad por el ataque de perros, y si esto no se controla pronto, seguirá aumentando", advierte Paulo Corti, experto del instituto de zoología de la Universidad Austral que colabora con la ONG.
Puede que algunas poblaciones se estén recuperando, pero esa cifra es engañosa, advierte Galaz. "Si dejamos de contener las presiones (caza, destrucción de hábitat, control de predadores), volveremos a punto cero".