jueves, 23 de julio de 2009

Bugio - Serra da Cantareira (Sao Paulo, Brasil)

El bugio (también conocido por guariba, barbudo o mono-aullador) está entre los mayores primates neotropicales, con una longitud de 30 a 75 centímetros. Su pelaje varía de tonos rubios acastañados, castaño y castaño oscuro. En el caso de la subespecie Alouatta guariba clamitans, los machos son rojo-anaranjados y las hembras y jóvenes son castaño oscuro. El bugio es famoso por su grito, que puede ser oído en todo el bosque, y por la presencia de pelos más largos a los lados de la cara formando una especie de barba que habita en el Bosque Atlántico, desde el sur del Estado de Bahía (subespecie Alouatta guariba guariba) hasta Río Grande del Sur, llegando al norte de Argentina, en la región de Misiones (Subespecie Alouatta guariba clamitans). Las dos subespecies constan en la lista del Ibama (Instituto Brasileño del Medio Ambiente) como criticamente en peligro y vulnerable, respectivamente.
El desforestamiento amenaza la sobrevivencia de los bugios de diversas maneras. La más evidente es la retirada de la vegetación, lo que restringe sus ambientes a pequeños fragmentos aislados.
Nace en todas las estaciones del año, después de un período de gestación de aproximadamente 140 días. El cachorrito queda agarrado en las espaldas de la madre durante los primeros meses de vida. La madurez la alcanzan entre un año y medio y dos años.
Se alimenta predominantemente de hojas, flores, brotes, frutos y cortezas de enredaderas.
Poco activo, se desplaza despacio con el auxilio de su cola, que puede llegar a medir 80 cms.
Puede alcanzar a pesar 9 kilos.
La Fundación Brasileña para la Conservación de la Naturaleza (FBCN) mantiene laboratorios y alojamientos para investigadores denominado Estación Biológica de Caratinga (EBC), que es una hacienda particular con un fragmento de Bosque Atlántico y cerca de 800 hectáreas, donde habita la subespecie Alouatta guariba clamitans.

El grito del bugio
Cuando ananece en algún lugar de un bosque tropical de Améria del Sur se oyen rugidos crecientes. Primero uno, en seguida otro, después otro, cada vez más fuerte y penetrante. Son los grupos de bugios comunicando su ubicación de unos para con otros. El grito es su característica más importante (un ronquido potente). Es interrumpido y recomenzado varias veces durante minutos y hasta horas. Acostumbra ser emitido también cuando son observados otros grupos que se aproximan o con la invasión del territorio por otro individuo.
Quien oye el ronquido asustador del bugio no imagina que por detrás de aquel estruendo y de la barba, se esconde un simio tímido, que vive en pequeños grupos, de tres a doce individuos, de ambos sexos y varias edades, liderado por un macho adulto. Sobre su tiempo de vida, se sabe poco, pues se trata de un animal que no se adapta bien al cautiverio.
La amplificación de la potencia de esos gritos es obtenida gracias al hioide, pequeño hueso situado entre la laringe y la base de la lengua. Ante la presencia de un depredador, o de otros grupos de bugios el hioide funciona como una caja de resonancia.

Carne noble para los indios
Los bugios (o guaribas) fueron muy cazados por los indios, que apreciaban su carne sobre todas las otras. La lentitud para huir de las flechas también contribuyó a su preferencia entre los indios. La caza del primate es descrita por Darcy Ribeiro en el libro Diários Índios, escrito en 1996.
“Durante la cacería a los guaribas, los indios se entusiasmaban, gritaban imitando los ruidos de los monos y los perseguían por kilómetros, siguiendo su huida por los árboles, saltando troncos, en una disparada infernal en medio del intrincado bosque".
“La cacería de los guaribas es extremadamente difícil. Ellos se esconden en la espesura de los árboles más altos, y se quedan allí por horas, sin aparecer. Cuando son alcanzados por las flechas que deben romper toda aquella coraza de lianas, los guaribas gritan de modo asustador, se arrancan las flechas del cuerpo y las rompen con gestos casi humanos".

Bugios en Embú das Artes
Recientemente fue registrada la presencia de estos animales en la región de Embu das Artes Fueron grabadas imagenes y el sonido característico de los bugios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario