Iniciativa busca preservar una zona de más de 200 mil hectáreas.
A 40 kilómetros de Santiago, los Altos de Cantillana son el hábitat de plantas y animales tan curiosos como escasos. El lagarto gruñidor es un ejemplo.
La zona central de Chile ha sido históricamente la superficie más intervenida. Por lo mismo, las especies de flora y fauna que allí habitan se encuentran altamente amenazadas. ¿El problema? Casi no existen ecosistemas que puedan entregarles un hábitat capaz de protegerlas.
Un proyecto público y privado descubrió un área -ubicada a 40 kilómetros de la región metropolitana de Santiago- de bosque relativamente bien conservado y que, para sorpresa de muchos científicos, alberga especies únicas en el mundo.
Así nació el proyecto deonominado GEF-Altos de Cantillana, que reúne diversas instituciones públicas y privadas desde 2005 con el único fin de preservar la zona y disminuir sus amenazas (caza indiscriminada, tala ilegal y uso del suelo para agricultura).
Luego de identificar numerosas zonas prioritarias en la "reserva" que abarca más de 200 mil hectáreas, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, en inglés), el PNUD y la Conama Metropolitana lanzan hoy una campaña para sensibilizar sobre la protección de especies de flora y fauna emblemáticas que allí habitan.
Nicho ecológico
*700 especies de flora existen en el lugar.
*163 especies de vertebrados.
*30% de los animales tiene algún grado de amenaza.
* 15% es fauna endémica del lugar.
Robles centenarios
La primera etapa de la campaña consiste en la elaboración de ocho juegos de postales y dos afiches que representan a las especies emblemáticas que habitan la zona. El material será distribuido en diferentes espacios públicos.
El objetivo, cuenta Alejandro Donoso, director de la Conama Metopolitana, es involucrar a la comunidad en la conservación de estas especies, todas ellas con algún grado de vulnaverabilidad o amenaza. Y el nombre de la campaña alude a este objetivo: "Son de Cantillana, protégelos".
Preservar, por ejemplo, un relicto de bosques de robles de Santiago centenarios, cuyas hojas en otoño cambian de verde a un intenso rojo. "A pesar de que esta especie la encontramos en otros lugares del zona central, en Cantillana se encuentra ubicada a una altura única: 2.200 metros", comenta Diego Urrejola, coordinador del Proyecto GEF-Cantillana.
En esta área prioritaria de conservación, dice Urrejola, hay especies que sólo habitan en este ecosistema (endémicas), como el lagarto gruñidor. En 2007, el ecólogo de la Universidad de Chile Italo Serey identificó en este lugar alrededor de 700 especies de flora y 163 especies de fauna, el 15% endémicas de Chile.
La campaña se enfocará en cuatro especies de flora amenazadas (roble de Santiago, belloto del sur, palma chilena y avellanita), y cuatro especies de fauna vulnerable (lagarto gruñidor, sapo arriero, zorro culpeo y picaflor gigante).
La protección del bosque, opina Diego Urrejola, es vital porque en sí mismo es un servicio ambiental para la comunidad qeu colinda con Altos de Cantillana. En él no sólo se genera agua dulce; ahí también se pueden potenciar actividades sustentables como el ecoturismo y la apicultura entre otras.
"No hay que olvidar que esta zona constituye uno de los pocos pulmones verdes que tiene la Región Metropolitana, y al mismo tiempo es una estación base para aves migratorias", concluye el coordinador del proyecto.
Fuente: Diario El Mercurio
A 40 kilómetros de Santiago, los Altos de Cantillana son el hábitat de plantas y animales tan curiosos como escasos. El lagarto gruñidor es un ejemplo.
La zona central de Chile ha sido históricamente la superficie más intervenida. Por lo mismo, las especies de flora y fauna que allí habitan se encuentran altamente amenazadas. ¿El problema? Casi no existen ecosistemas que puedan entregarles un hábitat capaz de protegerlas.
Un proyecto público y privado descubrió un área -ubicada a 40 kilómetros de la región metropolitana de Santiago- de bosque relativamente bien conservado y que, para sorpresa de muchos científicos, alberga especies únicas en el mundo.
Así nació el proyecto deonominado GEF-Altos de Cantillana, que reúne diversas instituciones públicas y privadas desde 2005 con el único fin de preservar la zona y disminuir sus amenazas (caza indiscriminada, tala ilegal y uso del suelo para agricultura).
Luego de identificar numerosas zonas prioritarias en la "reserva" que abarca más de 200 mil hectáreas, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, en inglés), el PNUD y la Conama Metropolitana lanzan hoy una campaña para sensibilizar sobre la protección de especies de flora y fauna emblemáticas que allí habitan.
Nicho ecológico
*700 especies de flora existen en el lugar.
*163 especies de vertebrados.
*30% de los animales tiene algún grado de amenaza.
* 15% es fauna endémica del lugar.
Robles centenarios
La primera etapa de la campaña consiste en la elaboración de ocho juegos de postales y dos afiches que representan a las especies emblemáticas que habitan la zona. El material será distribuido en diferentes espacios públicos.
El objetivo, cuenta Alejandro Donoso, director de la Conama Metopolitana, es involucrar a la comunidad en la conservación de estas especies, todas ellas con algún grado de vulnaverabilidad o amenaza. Y el nombre de la campaña alude a este objetivo: "Son de Cantillana, protégelos".
Preservar, por ejemplo, un relicto de bosques de robles de Santiago centenarios, cuyas hojas en otoño cambian de verde a un intenso rojo. "A pesar de que esta especie la encontramos en otros lugares del zona central, en Cantillana se encuentra ubicada a una altura única: 2.200 metros", comenta Diego Urrejola, coordinador del Proyecto GEF-Cantillana.
En esta área prioritaria de conservación, dice Urrejola, hay especies que sólo habitan en este ecosistema (endémicas), como el lagarto gruñidor. En 2007, el ecólogo de la Universidad de Chile Italo Serey identificó en este lugar alrededor de 700 especies de flora y 163 especies de fauna, el 15% endémicas de Chile.
La campaña se enfocará en cuatro especies de flora amenazadas (roble de Santiago, belloto del sur, palma chilena y avellanita), y cuatro especies de fauna vulnerable (lagarto gruñidor, sapo arriero, zorro culpeo y picaflor gigante).
La protección del bosque, opina Diego Urrejola, es vital porque en sí mismo es un servicio ambiental para la comunidad qeu colinda con Altos de Cantillana. En él no sólo se genera agua dulce; ahí también se pueden potenciar actividades sustentables como el ecoturismo y la apicultura entre otras.
"No hay que olvidar que esta zona constituye uno de los pocos pulmones verdes que tiene la Región Metropolitana, y al mismo tiempo es una estación base para aves migratorias", concluye el coordinador del proyecto.
Fuente: Diario El Mercurio
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